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lunes, 4 de febrero de 2013

El Oratorio de San Felipe Neri y su uso

          Otra vez con lo mismo, defender el uso religioso del Oratorio. Como si hubiera voces clamando por lo contrario, como si hace doscientos años no se hubieran compatibilizado el uso religioso y el civil. Que lo uno no quita lo otro y se decían misas cuando no estaban reunidas las Cortes.

Patrimonio Obispado.

           Lo que no dejaría de ser una lástima e incluso, diría, una estafa, es que se limitara su uso al estrictamente religioso, que se volviera a permitir que desde allí salieran los pasos de Semana Santa, sin que nadie pidiera cuentas ni responsabilidad de posibles deterioros, pues lo mismo que el Obispado ha pedido a la Junta que le entregue el edificio en perfecto estado de revista, es legítimo que la sociedad civil reclame que se mantenga así el mayor tiempo posible.
          Desde luego resulta evidente  que con el Bicentenario, el valor del Oratorio se ha realzado, que, con mayor o menor acierto, se ha trabajado por dotar al lugar de un atractivo que antes no tenía, que se han incrementado las visitas, que se ha enriquecido -o recuperado- su interés artístico y que eso no se compensa con el edificio anexo, que no deja de ser un centro de interpretación que carece de encanto sin la visita al Oratorio. No se olvide que uno de los mayores reclamos para visitar dicho centro era ver la proyección en el paraíso de San Felipe Neri.
          Limitarlo a conciertos o a conferencias que revivan el espíritu cristiano es meramente empobrecedor y, desde luego, no compensa lo invertido por la Junta -que pagamos entre todos- ni aporta nada al proyecto turístico cultural de la ciudad. 
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