Según la noticia que ofrece el Paseo historico-artistico por Cádiz, en la plaza San Antonio esquina con Linares ––actual Buenos Aires–– hubo una primitiva Torre-Vigía, que luego pasó a la calle San Pablo, en la casa «conocida por este motivo por la de las Banderas» y de allí pasó a la plaza viuda en la esquina con Marzal (Vea Murguía), antes de pasar a su ubicación actual.
En la calle Marzal estaba la imprenta del Diario Gaditano y la de Agapito Fernández Figueroa en la calle Linares.
En 1820 en esta calle Linares vivía el conocido médico Ignacio Ameller en el nº 104. Y en la esquina de esta calle con la plaza Constitución (Buenos Aires con San Antonio) había un café-nevería donde estaban reunidos los oficiales de las Reales Guardias Españolas y demás Cuerpos del Ejército y Armada que en la noche del 6 del mismo mes de marzo protagonizaron un escándalo.
En honor de D. Francisco Maldonado, capitán de los comuneros de Salamanca, al tiempo que Bravo lo era de los de Segovia, la calle de Linares se llamó de Maldonado desde la reforma del callejero en 1855. Como es sabido Maldonado sufrió igual suerte que Padilla y Bravo.
En 1914, ya con la denominación actual de Buenos Aires, vivían en ella los militares Antonio Pérez Rendón, Ramón Flores en el nº 2, en cuya accesoria estaba situada la tienda de Vinos «Las Palomas» de Manuel Escandón. En el 3 vivía Emilia Butler, viuda de Castrillón, y Manuel Díaz, representante de comercio. La accesoria la ocupaban los comestibles de José de las Heras. El Anuario de Cádiz indica que en el 5 de la plaza de la Constitución había una carpintería y en la accesoria del 5 y 7 se hallaba la confitería de Francisco Brun, cuyo empleado José Pérez Carreño vivía en el nº 6. En el nº 10 estaba el Hotel Roma; otros vecinos eran Juan J. Ravina de Cortázar (nº 10), el abogado Antonio Picardo y Paúl (nº 12), el pintor José Sánchez Ruiz (nº 15), la viuda de Abarzuza (nº 16), Luis Zulueta y varios empleados de la compañía Trasatlántica.