Comentaba en una entrada anterior, al hablar de la apertura del Café Royalty en Cádiz, que su propietario aspiraba a que estuviera a la altura de otros famosos cafés europeos.
Precisamente, entre otros muchos lugares de Viena, he tenido la oportunidad de conocer el Café Central, ubicado en Herrengase, concretamente en el palacio Ferstel, y cuya decoración conserva la memoria del gusto con que lo abrieron los hermanos Pach en 1876.
Parece que desde 1900 fue un lugar de referencia entre literatos, artistas políticos y científicos y fue frecuentado por Kafka, Robert Musil y Sigmund Freud, entre otros.
La tarde en que nos acercamos al café un pianista hacía las delicias de los concurrentes, mientras disfrutaban de algunos de los pasteles y tartas, afamados algunos, por haber sido predilectos de la idolatrada Sissi.
Precisamente, entre otros muchos lugares de Viena, he tenido la oportunidad de conocer el Café Central, ubicado en Herrengase, concretamente en el palacio Ferstel, y cuya decoración conserva la memoria del gusto con que lo abrieron los hermanos Pach en 1876.
Parece que desde 1900 fue un lugar de referencia entre literatos, artistas políticos y científicos y fue frecuentado por Kafka, Robert Musil y Sigmund Freud, entre otros.
La tarde en que nos acercamos al café un pianista hacía las delicias de los concurrentes, mientras disfrutaban de algunos de los pasteles y tartas, afamados algunos, por haber sido predilectos de la idolatrada Sissi.